"Cogito ergo sum" - pienso, luego existo - Comentario Crtico

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autor.: cejuanjo

Remitido el 17-06-22 a las 10:54:31 :: 14097 lecturas


La frase latina cogito ergo sum es la expresión fundamental en que se sintetizan las conclusiones a las que llega Descartes en su Discurso del Método. Una impresión ampliamente divulgada de la tesis cartesiana es la que identifica la locución latina con la idea de que se existe a partir del pensar. Idea que desde luego no corresponde a la realidad, pues lo que el filósofo plantea es otra cosa.


 


Descartes busca en su Discurso algo concreto en lo que fundar la idea de razón. En dicha búsqueda comienza a dudar de todo cuanto existe – la llamada duda metódica – y así por ejemplo se plantea la imposibilidad de distinguir lo que sueña de la misma realidad. Los sentidos pueden engañarle. Y esto es así hasta que llega a un punto del que no puede dudar: aquel en el que se reconoce como soporte de su propio pensamiento. Si su pensamiento encuentra sede en una ubicación que es él – su yo – es porque el existe y si él existe la realidad de la que el sería parte – una parte mínima – también. Cogito ergo sum significaría algo así como si existe el verbo pensar (pienso) necesariamente tiene que existir el sujeto que realiza la acción del mismo (yo). Je pense, donc je suis.


 


Se admite que el apotegma cartesiano sirve de piedra de toque para cimentar racionalmente el pensamiento filosófico y el científico. Sin embargo la aceptación de la tesis cartesiana no debe impedirnos el reconocimiento de fisuras lógicas ya puestas de manifiesto por la doctrina a lo largo del tiempo.


 


En primer lugar no hay que confundir el racionalismo con el materialismo. Descartes en absoluto es un pensador materialista El racionalismo cartesiano es un racionalismo metafísico Así las ideas – la raíz del árbol del pensamiento – son algo que viene dado al hombre y que se encuentra ínsito en la naturaleza humana sin que él racionalmente sea capaz de explicar por qué. Incapacidad que suple atribuyendo a Dios la virtud de llenar sus vacíos explicativos. Las ideas adquieren así un carácter innato que afrontan la realidad con carácter deductivo que lleva a establecer axiomas rigurosos a partir de lo existente – que ni es axiomático ni es riguroso, salvo en las matemáticas -. De hecho Descartes es el mentor del método matemático. Se trata de un planteamiento que supone un avance desde luego significativo frente a la escolástica que subsiste en Spinoza o Liebnitz pero que es incapaz de hacer frente al materialismo dialéctico hegeliano.


 


En segundo lugar el concepto de yo de Descartes queda desbordado frente a la pluridimensionalidad del yo plasmada en las tesis freudianas. Ego, Yo y Superyo. Singularmente las dos primeras. Siendo el ego principalmente insconsciente la existencia del yo (yo como pronombre y como sujeto de la acción pensante) vendría a ser posterior - o mejor dicho vendría a ser consecuencia natural -  del ego. Desvanecida la tesis del yo unidimensional vendría a desvanecerse también la titularidad de la posición de sujeto de la acción del verbo pensar pues realmente el sujeto pensante no puede estar seguro de ser el quien piensa.

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